jueves, 26 de agosto de 2010


THAT moment

lunes, 16 de agosto de 2010

Deja Vu

Soy una persona bastante complicada. Poner eso en duda siquiera, sería algo estúpido.
Sin embargo sigo sorprendiéndome del nivel de complicación que puedo llegar a meterle a las cosas, o lo cuán capáz soy de enrollarme en las cosas más complicadas que puedo encontrar. Cualquiera me tendría que preguntar ¿Qué te pasa por la cabeza a vos?.
Pese a creer tener las cosas bastantes claras, las potenciales deciciones ya tomadas y la seguridad de poder afirmar lo que me pasa (para mi misma, claro está); últimamente las cosas no se me han puesto tan sencillas.
Vos fluís fluís y cuando te querés dar cuenta estas a punto de ahogarte y con el agua hasta el techo, me dijo cierta amiga hace poco tiempo...Y cuanta razón que tiene.
No es un tema de negación, yo se lo que me pasa, se como se va desarrollando todo el proceso, me doy cuenta de las etapas, y hasta puedo anticipar lo que está por venir.
Esta vez soy conciente, esta vez yo sé que estoy decidiendo dejarme llevar, y si, es un progreso frente a la previa situación de simplemente negarlo hasta las últimas consecuencias, yo se que quiero esto pese a como pueda llegar a terminar saliendo.
¿Pero más progreso no sería poner freno de mano? Es fácil dejarse llevar por las cosas que a uno le gustan o le hacen bien, pero si en definitiva a fin de cuentas vas a terminar peor de dónde estabas antes, ¿no sería una decisión mucho más sabia cortar las cosas de entrada por más que sean lindas para evitarse el mal trago?
Si, en un mundo perfecto yo tomaría decisiones acertadas, pero me encanta equivocarme en estos casos.
Vivir el momento resulta más sencillo.
Pero últimamente esa pequeña voz de la conciencia me está molestando demasiado.
O quizás no es la conciencia, sino un simple sentido de realidad, que me hace ver que, por más que quiera, hay cosas en el camino que hacen bastante complicado que las cosas simplemente pasen como si nada.
Duele acordarse que esas cosas están ahí, porque en el momento es muy fácil olvidarse de todo, como si no existiera nada más. Pero siempre hay un momento, ese momento en el que te sentás y todas las cosas malas que decidiste hacer a un lado, te llueven todas juntas despiadadamente...No está muy bueno.
Ya me puedo considerar experta en estas situaciones igual, no estoy pasando por nada que no haya vivido antes, simplemente que ahora estoy mas conciente, lúcida acerca de todo. La experiencia sirve para eso.
Y no paro de repetirme que si ya lo tuve que sufrir, sería muy de necia ignorarlo como si nada, ¿qué sentido tiene haber pasado por ello si no le saco provecho para algo positivo?
Pero es difícil ponerle límites a las cosas que te hacen bien...Partamos de la base que ya estoy bastante jugada y que si lo hubiera querido hacer, tendría que haber sido hace ya un tiempo.
¿Por qué siempre te aferras así a las cosas? ¿Vas a poder seguir adelante con lo que tenés pensado si las cosas pasan como supones que van a pasar? ¿Y si todo sale mal, si todo se da al revés de como crees? ¿En algún momento va a tocar la Culpa a la puerta de tu cerebro? ¿Sos solo vos o las cosas son realmente lo que crees que son? ¿Cómo es que hacés para generar siempre la misma reacción? ¿El fin justifica los medios? ¿Qué pensas hacer si estas equivocada? ¿Qué pensas hacer si NO estas equivocada?
Mi cabeza tiene un martillo hidráulico automático que se activa de a ratos y desprende todas esas interrogantes capaces de sacarme el sueño, el hambre, la concentración, todo.
Y nadie puede explicarme por qué me gustan las cosas tan difíciles, ya no se si es una búsqueda inconciente del quilombo, o llego a el por algún hecho no resuelto de mi infancia o simplemente lo atraigo magnéticamente, de cualquier manera que sea jamás las cosas se me dan de manera sencilla, ¿alguien tiene para pasarme la receta de eso?
No puedo decir que estas cuestiones no me gustan; las expectativas, la ansiedad, la incertidumbre, el hecho de ir a acostarme con todo esto en la cabeza, recordar, proyectar, imaginar todos los posibles cuadros, debatir conmigo misma las posibles causas, las señas, todo, analizarlo todo e imaginar que la conclusión es la que más quiero que sea.
Siempre funcioné igual, en líneas generales así suelo ser. Y por más que no me agrade poco me importan los límites, poco me detengo a considerarlos siquiera.
Por algo no me viene saliendo muy bien hasta ahora, porque sinceramente no puedo decir que he tenido resultados positivos a fin de cuentas.
Sin embargo vuelvo y vuelvo a caer en la misma, te gusta Stefanía, te encanta este juego. Porque si no fuera así no tomaría tan pocos recaudos en los resultados finales.
Se que esta vez tengo que cambiar el rumbo de las cosas, que depende de mi, que cerrar los ojos y dejar que el barco siga su ruta no va a terminar siendo muy agradable, porque si es algo que me importa tanto, tiene que darse bien, de manera correcta, porque me encantaría que así sea. Pero primero hay que resolver muchos temas (antes que ello, confirmar que no estoy simplemente delirando) y no todo queda en mis manos (y es lo que mas odio de todo esto). Y si no puede ser así, por más que me pese, me duela, llore y patalee, tengo que juntar valor, ser fuerte y hacer aunque sea un pequeño cambio en mi comportamiento: decidir no seguir adelante.
Porque el solo hecho de imaginar en repetir las cosas que sucedieron después de haber elegido si seguir, me causa escalofríos y una amargura muy grande.
Y si bien esta impotencia que siento ahora ya de por sí me genera mucha amargura y tristeza, sé que si llego a ese punto será peor.
No puedo salirme de esa imágen, no puedo olvidarme de eso si quiero demostrarme a mi misma que aprendí.
Pero tampoco quiero anticiparme en ello, porque eso sencillamente me aterra. Mejor dicho, me aterran los posibles resultados que pueda llegar a tener.
Necesito la seguridad de saber...antes que determinar cualquier cosa, tengo que saber que no estoy equivocada, y no quiero anticiparme, porque el verme cara a cara con el hecho de haberme equivocado me da miedo.
Y yo estoy bien así, podría estar mejor si todo fuese más fácil, pero no quiero renunciar a mi actual situación por un supuesto.
Estoy cansada de perder cosas, por una causa o la otra, si bien todo gira en torno al mismo eje y si bien antes fue por otros hechos, en definitiva terminé perdiendo las mismas cosas, y tengo que dejar de permitir que eso siga pasando, porque he allí el problema mayor de toda esta situación y la cosa que más miedo y dolor me da.

Soy una persona complicada, de eso no cabe duda alguna, atraigo situaciones complicadas y las complico aún más. ¿Que si me gusta? no puedo ni afirmarlo ni negarlo, muchas veces quisiera que las cosas se me den más fácil, pero tampoco es un hecho accidental que esto me suceda.
Y tampoco la estoy pasando mal (excepto en algunos instantes de recapacitación), asique por el momento voy a seguir haciendo lo que mejor me sale: fluir y fluir.
Cuando llegue el momento de decidir qué hacer para que el agua no me tape hasta el techo, va a ser cuando defina mi situación, aplique lo que he vivido y aprendido, y siga aprendiendo aún más.


Ay Stefanía pobre del hipotético terapeuta que te tendría que atender a vos....
Será hasta otro momento estimado Blog con Patas (en cualquier momento las vas a usar para salir corriendo espantado de mi, lo sé)

jueves, 5 de agosto de 2010

A 180º change (it isn't complete)


Últimamente cuento mi vida en cuatrimestres, y por suerte ha finalizado uno, dolorosísimamente al final, pero terminó.
Jamás trabajé tanto como en estos días, lo cual logró que me de cuenta de alguna que otra cosa:
Confirmé que el tiempo es algo completamente relativo, que nunca es muy poco ni demasiado, simplemente es cuestión de organizarlo. Siempre se puede hacer un poco más, renunciar a unos minutos de una cosa para hacer otra y así, ir acomodando cual tetris, todo lo que se tiene que hacer (la principal cosa a la cual he renunciado yo es a dormir, como siempre lo he hecho, solo que esta vez rozando al límite).
Mis tiempos son completamente anormales y distintos a los de cualquier ser humano corriente, me gustaría saber ahora el por qué, pero agradezco a eso (Stefanía no podes leer y resumir un libro entero de Estructuras en un solo día, sos un animal dice mi madre). Siempre fui de necesitar menos tiempo para hacer las cosas al mismo nivel que el resto, lo cual me hace concluír en que si no fuera tan perezosa y le dedicara el mismo tiempo que la mayoría de la gente, posiblemente lograría cosas mucho más importantes de las que logro, pero como sé que con el mínimo de tiempo cumplo con las expectativas básicas, simplemente no me incentiva a esforzarme mucho más, yo trabajo más estando al límite, siempre al límite.
Es como si estuvieras por tirarte de un avión...una vez que te tiraste...ya está, solo podés abrir el paracaídas a tiempo, no hay vuelta atrás. Definitivamente rescato esa frase que me dijo mi padre cierto día que estaba por definir una de las etapas de mi cursada. Una bastante importante por cierto, jamás estuve tan cerca de que me vaya mal en algo, no estoy acostumbrada al fracaso, y mucho menos cuando pongo todo de mi para evitarlo y sin embargo no es suficiente. Y por más trivial que haya sido cambio alguna pieza en mi cerebro, desde ese día me estoy empezando a tomar las cosas con más tranquilidad. Si sé que hago todo lo posible para que me vaya bien, y no resulta así, ya excede de mis posibilidades, no depende de mi persona, y no tengo por qué sufrir por ello. El día que yo sepa que hubiese podido hacer más y sin embargo no lo hice, ese será el día que sea mi culpa, y ya estoy grande como para no aceptar esa responsabilidad.
Es increible como algo tan obvio resulta ser tranquilizador.
Gracias a ello, y al miedo que me generó antes de concluír a esas ideas, pude pasar estos últimos días con la tranquilidad necesaria para hacer todo lo que tenía que hacer sin desesperar.
Una Stefanía desesperada es la cosa más inútil e inoperante que puedan encontrar alguna vez. Soy inamovible, e incapáz de siquiera hacer un mísero trazo cuando empiezo a activar la máquina de pánico automático en mi cerebro, de la cual estoy de a poco comenzando a deshacerme, espero que no sea algo que demore demasiado.
Lo único que lamento a estas alturas es el hecho de haber tenido tan poco tiempo de descanso. Acostumbrada a los gloriosos dos meses del año pasado (en los cuales pese a que me fueron muy provechosos, costaron...bastante) el hecho de tener menos de una semana..duele. Pero se que también gracias a su corta duración no me será tan difícil y triste retomar el ritmo, algo que lamenté y cuestioné mucho tiempo atrás.
Simplemente no tengo tiempo para cuestionarlo porque cuando lo haga ya estaré de nuevo ahí, madrugando y trabajando como siempre.
Al menos sé que ahora es algo que me gusta, y considero a ello como una gran ventaja.

El simple hecho de concluir todas estas cosas me llena por decirlo de algún modo.
En estos días anduve recordando viejas épocas, con imágenes, videos y demás...Me veo tan distinta a lo que era quizás, hace dos años, o incluso uno. A unos escasos dos meses y medio de cumplir veinte años siento que mi etapa adolescente quedó atrás, ¿pronto? puede ser que sea pronto para pensar ello, pero cada uno tiene sus tiempos y yo lo veo así desde esta óptica. Ahora creo que también es un poco pronto para considerarme un ser adulto, porque por más contradictorio que suene, simplemente hay veces que no puedo creer que vaya a comenzar mi segunda década, desde pequeña que veo como tan lejanos y adultos a los veinteañeros que yo sencillamente no encajo.
Entonces se podría decir que estoy en un escalón intermedio, un entrepiso. No está mal, no me desagrada. Estoy contenta con quien soy y con cómo se estan desarrollando los aspectos de mi vida.
Siempre voy a tener en el medio dificultades y cosas duras con las cuales lidiar, en eso se basa simplemente la vida, ¿no?, pero considero que aquella Stefanía que siempre fue un manojo de inseguridades y miedos, hoy está acá sentada afirmando que se siente capáz de afrontar las cosas, sintiéndose más segura consigo misma y más satisfecha de lo que alguna vez siquiera asomó a sentirse.
Eso no implica que en cualquier momento no se me avecine el caos como siempre ha hecho en sus apariciones estelares en mi vida, pero no hay guerra que dure cien años, y creo que siempre que tenga bien mentalizado eso, no me voy a dejar llevar por la desesperación.
Me alegra tanto haber tenido razón desde chiquita, al afirmar que esta etapa de mi vida iba a ser mejor para mi misma :)

Y eso que apenas estamos a la mitad del año, tengo bastantes expectativas para lo que se viene, espero poder tener una buena revancha de los momentos que tuve que atravesar tiempo atras..

Mi blog está tornandose lentamente un poco más alegre, no nos podemos quejar.
Será hasta la próxima entrada estimado blogconpatas.